Son cosas que hay que tenerlas presentes todo el tiempo, leo esto y me vuela la cabeza, pero me distraigo y estoy mirando el Iphone nuevo, todos los días hay que evitar caer en la trampa y poner un freno. Gracias por lo que escribiste, voy a leer los textos que ayudaron a inspirarte.
Has explicado a la perfección la resistencia que debemos vencer a diario. Un recordatorio más para interiorizar que la filosofía debe ejercerse en todos nuestros comportamientos y no solo quedarse en textos reflexivos como este.
Gracias por leerme y pasarte por aquí, un abrazote.
Y que fina es la línea entre asumir que tomamos decisiones bajo nuestro criterio o cuando somos presos de un espejismo y seguimos condicionados por nuestro entorno, aun cuando nos creemos independientes y libres.
Gracias por la reflexión, David. Justo ayer, domingo, volvía a Madrid después de un fin de semana en el que parece que he desconectado como una semana. La verdadera riqueza. :)
Benditos sean esos momentos. No podemos cambiar la velocidad de este mundo, pero es nuestro deber proteger lo mejor que podamos nuestro tiempo y paz interior.
Ay el veneno… que a gusto me sentaría a hablar contigo y con Claudia sobre la ambición y mi ideal de que se puede ser ambicioso y vivir una buena vida. Buena lectura hermano, como siempre.
No sé si influenciada por la historia de vida de mi abuela, guerra civil con Franco, con un padre centro izquierdas, escapado en un agujero en la montaña a quien le llevaban un trozo de pan, tras haber quemado la casa de comidas de mis bisabuelos…. Mi abuela, de 98 años con la que puedo seguir conversando pero ya no recuerda y por eso sonríe mucho más. Mi abuela que me contó que se encondia bajo la cama o la mesa mientras entraban arma en manos por la puerta, la guardia civil.
Mi abuela que me contó que cada semana se fusilaba a gente en la cuneta, gracias a un vecino que acusaba a otro solo por mal rollo, o ideales distintos.
No sé si influenciada por ser neurodivergente y no poder seguir “las normas sociales” que creo que pican a todo el mundo pero más a quien neurologicamente tiene menos margen adaptativo. O menos flexibilidad. O tolerancia. Da igual. El caso es que quizás influenciada por la neurodivergencia y mi tener que estudiar a distancia para aprobar y trabajar a la vez porque me independice a los 18
Quizás porque he pasado trastornos de ansiedad que me han demostrado que no hay nada que me proteja salvo yo misma. O nada mejor que yo misma, más bien.
Quizás porque veo el dinero como un medio no como un fin. Shhh, no es un decir, es de verdad. Que se dice pronto pero otra cosa es sentirlo.
Peeero científicamente demostrado que necesitamos un mínimo de ingreso para ser feliz, que cubra necesidades (hay una cifra estimada incluso en el estudio) y que más de eso no se notan impactos en la vida de la persona significativos.
Pero cuando la gente está pasando hambre mucho tiempo, o con lo justo o con incertidumbre de no saber si el mes que viene te dará la pasta… pues quieres más.
Ese querer más es natural. Es necesario. También por salud mental.
Digo, existe la dicotomía de “no pensar en dinero” es solo para quien se lo puede permitir. Y es así. Real.
Porque vivimos en una sociedad donde para que te encuentres bien necesitas dinero. Si integras eso pero nadie te enseña el límite de ese hecho…. Topamos con lo actual.
Pero quizás porque no me sobra así la pasta no puedo reflexionar sin sesgos. Necesito pasta.
Tampoco puedo dejar de recordar la historia de mi abuela y pensar en que la gente necesita empatizar más con el valor de la vida más allá del dinero o el poder… y que no necesito la pasta.
La ambición ¿de dónde nace? Según eso se podría debatir más todavía.
A mí os puedo decir que me da pereza este tema porque lo veo una obviedad.
Si me aseguraran disponer de mis necesidades básicas cubiertas (incluyendo cuidados sanitarios) para toda mi vida cambiaría cosas de mis necesidades vida? Operativas pero no en esencia. Realmente vivo como puedo metiendo la patita en este sistema por necesidad pero el estilo de vida que quiero llevar no tiene modelo de negocio posible y eso limita mi libertad.
Por lo tanto en este sistema creo que es difícil ser totalmente libre. Y por eso tampoco podemos escapar de eél totalmente.
Lo que compartes es muy potente y resuena con muchas de las contradicciones con las que vivimos.
La posibilidad de no pensar en el dinero es un privilegio. Y, al mismo tiempo, el dinero solo tiene sentido en la medida en que permite vivir con dignidad, sin que se convierta en el centro de todo.
Y sí, este tema da para mucho… pero creo que cuestionárselo ya es en sí mismo un acto de libertad.
Gracias por leerme y dedicar tu tiempo a escribir estas palabras.
Son cosas que hay que tenerlas presentes todo el tiempo, leo esto y me vuela la cabeza, pero me distraigo y estoy mirando el Iphone nuevo, todos los días hay que evitar caer en la trampa y poner un freno. Gracias por lo que escribiste, voy a leer los textos que ayudaron a inspirarte.
Has explicado a la perfección la resistencia que debemos vencer a diario. Un recordatorio más para interiorizar que la filosofía debe ejercerse en todos nuestros comportamientos y no solo quedarse en textos reflexivos como este.
Gracias por leerme y pasarte por aquí, un abrazote.
Por eso solo eres libre cuando puedes decidir.
Y que fina es la línea entre asumir que tomamos decisiones bajo nuestro criterio o cuando somos presos de un espejismo y seguimos condicionados por nuestro entorno, aun cuando nos creemos independientes y libres.
El libre albedrio está jodido.
Gracias por la reflexión, David. Justo ayer, domingo, volvía a Madrid después de un fin de semana en el que parece que he desconectado como una semana. La verdadera riqueza. :)
Benditos sean esos momentos. No podemos cambiar la velocidad de este mundo, pero es nuestro deber proteger lo mejor que podamos nuestro tiempo y paz interior.
Ay el veneno… que a gusto me sentaría a hablar contigo y con Claudia sobre la ambición y mi ideal de que se puede ser ambicioso y vivir una buena vida. Buena lectura hermano, como siempre.
Habrá que hacer que se cumpla ese deseo, querido.
Gracias por ser inspiración y apoyo siempre 💛
No sé si influenciada por la historia de vida de mi abuela, guerra civil con Franco, con un padre centro izquierdas, escapado en un agujero en la montaña a quien le llevaban un trozo de pan, tras haber quemado la casa de comidas de mis bisabuelos…. Mi abuela, de 98 años con la que puedo seguir conversando pero ya no recuerda y por eso sonríe mucho más. Mi abuela que me contó que se encondia bajo la cama o la mesa mientras entraban arma en manos por la puerta, la guardia civil.
Mi abuela que me contó que cada semana se fusilaba a gente en la cuneta, gracias a un vecino que acusaba a otro solo por mal rollo, o ideales distintos.
No sé si influenciada por ser neurodivergente y no poder seguir “las normas sociales” que creo que pican a todo el mundo pero más a quien neurologicamente tiene menos margen adaptativo. O menos flexibilidad. O tolerancia. Da igual. El caso es que quizás influenciada por la neurodivergencia y mi tener que estudiar a distancia para aprobar y trabajar a la vez porque me independice a los 18
Quizás porque he pasado trastornos de ansiedad que me han demostrado que no hay nada que me proteja salvo yo misma. O nada mejor que yo misma, más bien.
Quizás porque veo el dinero como un medio no como un fin. Shhh, no es un decir, es de verdad. Que se dice pronto pero otra cosa es sentirlo.
Peeero científicamente demostrado que necesitamos un mínimo de ingreso para ser feliz, que cubra necesidades (hay una cifra estimada incluso en el estudio) y que más de eso no se notan impactos en la vida de la persona significativos.
Pero cuando la gente está pasando hambre mucho tiempo, o con lo justo o con incertidumbre de no saber si el mes que viene te dará la pasta… pues quieres más.
Ese querer más es natural. Es necesario. También por salud mental.
Digo, existe la dicotomía de “no pensar en dinero” es solo para quien se lo puede permitir. Y es así. Real.
Porque vivimos en una sociedad donde para que te encuentres bien necesitas dinero. Si integras eso pero nadie te enseña el límite de ese hecho…. Topamos con lo actual.
Pero quizás porque no me sobra así la pasta no puedo reflexionar sin sesgos. Necesito pasta.
Tampoco puedo dejar de recordar la historia de mi abuela y pensar en que la gente necesita empatizar más con el valor de la vida más allá del dinero o el poder… y que no necesito la pasta.
La ambición ¿de dónde nace? Según eso se podría debatir más todavía.
A mí os puedo decir que me da pereza este tema porque lo veo una obviedad.
Si me aseguraran disponer de mis necesidades básicas cubiertas (incluyendo cuidados sanitarios) para toda mi vida cambiaría cosas de mis necesidades vida? Operativas pero no en esencia. Realmente vivo como puedo metiendo la patita en este sistema por necesidad pero el estilo de vida que quiero llevar no tiene modelo de negocio posible y eso limita mi libertad.
Por lo tanto en este sistema creo que es difícil ser totalmente libre. Y por eso tampoco podemos escapar de eél totalmente.
Dicho lo cual. Esto da para rato. Jaja
Lo que compartes es muy potente y resuena con muchas de las contradicciones con las que vivimos.
La posibilidad de no pensar en el dinero es un privilegio. Y, al mismo tiempo, el dinero solo tiene sentido en la medida en que permite vivir con dignidad, sin que se convierta en el centro de todo.
Y sí, este tema da para mucho… pero creo que cuestionárselo ya es en sí mismo un acto de libertad.
Gracias por leerme y dedicar tu tiempo a escribir estas palabras.
Un abrazote, Mónica.
Coincido. Gracias x compartir
Gracias por tus palabras, Miriam.
¡Abrazote!