🤡 Sé tu mejor versión (o no)
Cómo la industria y los falsos gurús del desarrollo personal explotan nuestras inseguridades y nos distraen de lo verdaderamente importante
El sector del desarrollo personal y la autoayuda se ha convertido en un negocio multimillonario que promete soluciones rápidas y fórmulas mágicas para que consigamos alcanzar la felicidad y plenitud. Estos gurús del autoengaño nos venden un modelo inalcanzable de superación personal, donde siempre hay algo que mejorar, controlar o corregir. El individuo, atrapado en esta espiral de insatisfacción perpetua, termina culpándose a sí mismo cuando se da cuenta de que no puede seguir el ritmo. Mientras tanto, estos “salvadores” acumulan seguidores, dinero y atención, sin ofrecer soluciones reales.
«Si ves un fraude y no dices que es un fraude, el fraude eres tú.»
Nassim Nicholas Taleb.
Vendedores de veneno de serpiente
Disfrazados de una prosa encantadora, nos abruman con elixires para la felicidad y resolución de todos nuestros problemas. Millones de libros, cursos y productos nos prometen estar un paso más cerca de la satisfacción personal. Han conseguido encapsular el misterio de la vida, y puede ser tuyo por un módico precio.
Sus discursos comparten un patrón. Frases cortas, en imperativo y que obligan a la acción: “Haz. Tienes. Debes”. Afirmaciones superficiales y generalistas, por los que cualquier persona se puede sentir identificada. Las víctimas se reconocen como los elegidos y empiezan a sentir la presión de mejorarse a sí mismos de manera insaciable, imitando modelos de conducta disfuncionales y antinaturales.
Estos gurús se ven a sí mismos como salvadores. Seres superiores, conscientes, sabios y exitosos. Muchos de ellos lucen abdominales porque no pueden lucir cerebro. Otros buscan impresionarte con su retórica y una forzada autoconfianza que no existe. Conocedores de los entresijos de la persuasión, en su discurso se orquesta una cansina distinción entre ellos (los conscientes) y el resto (el rebaño, la masa, los inconscientes). Ante esta falsa dicotomía, te obligan a elegir bando.
Su discurso se edifica únicamente a través de la mejora del individuo. Nos instan a escapar de una realidad que nos resulta incómoda. Ante este escenario, la socióloga Michèle Lamont señala que los individuos de las sociedades occidentales post 2008 han interiorizado la creencia de que deben buscar en su interior la fuerza de voluntad necesaria para salir del atolladero por sí mismos y resistir la resaca del declive económico generalizado.
Ya no es la sociedad la que necesita un cambio, sino que eres tú quien tienes que aprender a adaptarte, sobrevivir y mejorar. Te responsabilizan de todos tus problemas y malestares. Mientras tanto, debes aparentar una cordura mental en un entorno que resulta muy complicado mantenerla. Y bajo esta distorsionada realidad, comienza el ciclo infinito del desarrollo personal: individuos obsesionados con su situación personal, que descuidan por completo la mirada de lo común y del prójimo
Han llegado para salvarnos.
La carrera infinita de la mejora
El desarrollo personal se ha convertido en una necesidad psicológica, una obligación moral y un activo económico. Esta obsesión produce una constante preocupación de nuestros estados emocionales y psicológicos. Nos aconsejan monitorear todo lo que hacemos —bajo la premisa de que no se puede mejorar lo que no se mide—, siempre habrá un nuevo hábito, un vicio que dejar, una debilidad que corregir, un objetivo que alcanzar, una experiencia que vivir o una habilidad que optimizar.
Estos charlatanes-gurús han dejado de comprobar hace tiempo si sus afirmaciones tienen algún parecido con la realidad. Al charlatán le da igual que sea verdad o mentira, o las terribles consecuencias que puedan generar sus discursos y comportamientos en los miles de ojos que los observan. Disfrazados de samaritanos, solo les interesan dos cosas: tu atención y dinero.
Todos estos charlatanes siempre hablan de superación personal y de alcanzar tu mejor versión. Hablan de cuidarse a ellos mismos, no a los demás. Se levantan temprano para hacer pesas y darse duchas de agua fría, ¿pero cuántas veces se han levantado temprano para ayudar a alguien?
Mientras tanto, cada vez hay más personas buscando alcanzar el hediondo éxito moderno y su satisfacción individual. Esta promesa de producir individuos satisfechos y desarrollados se nutre de un relato en donde la búsqueda de crecimiento personal es algo en constante movimiento, y, por tanto, siempre acompañado de la necesidad de expertos, consejos y productos que ayuden a las personas a alcanzar esa mejor versión de sí mismas.
Tarde o temprano, el individuo acaba colisionando con los estándares inalcanzables que dicta el gurú de turno en su último libro. Se siente incapaz de seguir el ritmo y entiende que, si teniendo todo al alcance de su mano no es capaz de conseguirlo, el problema es suyo por su incompetencia. Proyecta de esta forma una imagen de sí mismo incapaz, completamente opuesta a lo que aspiraba ser. Los cimientos de su mundo emocional empiezan a tambalearse, y es aquí donde comienza el bucle infinito del fraudulento desarrollo personal.
No les creas
Hay una excesiva cantidad de personas sanadoras de todo tipo que surgen de la nada y que consiguen acumular miles de seguidores. Hemos sido invadidos por divulgadores y expertos en psicología, filosofía, espiritualidad y un sinfín de conceptos elaborados en laboratorios de marketing para posteriormente venderte el curso de turno.
No quieras conocerlos fuera de sus avatares digitales, porque hay una gran probabilidad de que acabes muy decepcionado. Solo buscan tu atención y dinero. A un auténtico maestro de la vida raramente lo conocerás nunca, porque no busca nada de estas cosas.
Enfócate en lo que ya eres
Esta mejora como individuos necesita entenderse desde un punto de vista social y común. Ese pensar comprometido ha de traducirse en acciones en nuestra vida cotidiana.
El verdadero desarrollo personal humano es no apartar la mirada a la persona que pide limosna. Es reconocer tus errores en una discusión con un amigo y pedir disculpas sinceras. Es ser amable con el cajero del supermercado o con el conductor del autobús. Es no hacer juicios apresurados sobre alguien que se encuentra en una situación que no entiendes. Es renunciar a tus propios intereses por un bien mayor y común. Estoy seguro, que para hacer todo esto, no necesitas leer más libros sobre desarrollo personal ni que nadie te diga cómo debes de vivir. El desarrollo personal empieza por cuestionar y filtrar todo aquello que escuchas y ves, para posteriormente, construir tu propio camino y tu ideal de vida.
Enfócate en lo que ya tienes, en lo que ya eres y en los que ya están. Esa es la única certeza que tienes en estos momentos.
Me encantaría saber qué piensas de este tema, puedes dejármelo en los comentarios.
PD: muy pronto se pasará por aquí un invitado muy, pero que muy especial.
Espero que pases un buen día, un fuerte abrazo 💛
David.
Yo siento la necesidad de desarrollarme, y por mí misma, en mi pequeño mundo rodeada de las personas que son amigos y familia no era la forma, así que hace años empecé a buscar. Libros, cursos... Siempre con cautela y sin pasarme de mis posibilidades. Algunas cosas me han servido, otras no. Desarrollarse es también pensar por ti mismo y estar despierto. Saber qué es bueno para ti y que no. Por supuesto nada tiene que ver que quieras desarrollarte con que te conviertas en un robot. Nada. El desarrollo personal va mucho más profundo que hacer dietas, ducharse con agua fría y meditar tres horas al día. Esto son herramientas que te pueden ayudar, pero solo eso. Cuando empiezas a ser más consciente empiezas también directamente a ser más atento con los demás, a respetar las opiniones ajenas, a ser más generoso, a valorar lo que tienes... Unas personas sentimos esa necesidad imperiosa de cambiar cosas y de ir a más y otras personas no. Cada uno es un mundo . Muchas gracias por tu artículo.
Yo estuve muy atrapada ahí. En la formación continua, en el necesito desbloquear más cosas, trabajar más cosas… hasta que me perdí a mi. Ahora cada vez que leo un: tengo la solución que necesitas… me meo de la risa. Que coño saben lo que necesito?
No son las formas, y la mitad de los gurús, no han tomado si quiera la responsabilidad en ellos mismos.